Las soluciones de colaboración para empresas deben permitir establecer reuniones más o menos formales de manera sencilla para el usuario, y desde cualquier tipo de dispositivo o entorno. De lo contrario, se establecen barreras de adopción que impiden, precisamente, que podamos colaborar de manera eficaz con quienes no se encuentran físicamente en su misma localización. […]

Las soluciones de colaboración para empresas deben permitir establecer reuniones más o menos formales de manera sencilla para el usuario, y desde cualquier tipo de dispositivo o entorno. De lo contrario, se establecen barreras de adopción que impiden, precisamente, que podamos colaborar de manera eficaz con quienes no se encuentran físicamente en su misma localización.
Si bien ya hay algunas compañías -Nuvias es un buen ejemplo de ello desde que empezamos a abrir oficinas internacionales en todo EMEA- que aprovechan esta ventaja tecnológica para evitar tiempos de desplazamiento y, no menos importante, que se comprometen con ello al mejor cuidado y respeto por el medio ambiente, estamos convencidos de que, en muchas otras compañías, la “revolución” que prometen los planes de transformación digital de los próximos 3-5 años tendrá como uno de sus ejes principales el impacto positivo que estas tecnologías de colaboración holística (voz, vídeo, chat, compartición de documentos) aportarán a su negocio, consiguiendo hacer minoritarias (por debajo del 25%) las reuniones en persona.
Observamos varias tendencias tecnológicas que soportan esta evolución digital y que implicarán que los clientes empresariales emprendan un camino de transformación, no siempre sencillo de recorrer sin un asesoramiento experto. Por un lado el “todo-IP”, desde el punto de vista de las comunicaciones en tiempo real (la voz, el vídeo, etc); los proveedores de servicio y operadores clásicos ya no ofrecerán accesos a red pública que no sean troncales IP (SIP). Por otro, se tiende a consumir servicios basados, cada vez más, en arquitecturas cloud; la empresa pequeña y mediana ya no usará una centralita on-premises, sino que utilizará el servicio de un proveedor Cloud, que ya no se limitará a ofrecer facilidades de voz, sino que deberá reforzar y diferenciar su oferta con servicios de salas virtuales de vídeo, grabación, y gestión/compartición de documentos. De hecho, los fabricantes y proveedores de tecnologías se están constituyendo en algunos de los principales actores que proveen estos servicios de colaboración Cloud, como es el caso de Microsoft o Cisco, por poner 2 ejemplos muy significativos.
La comunicación entre cliente y proveedor, que ha quedado claro será por IP, y sólo por IP, se ve facilitada por accesos a Internet con caudales mucho mayores de los que nos encontrábamos, los “más viejos del lugar”, cuando empezamos a trabajar con las primeras generaciones de redes de datos, donde los circuitos de pocas decenas de kilobits por segundo comprometían la experiencia del usuario en los servicios de voz establecidos a través de una red WAN. Ahora no es el caso, e incluso cabe plantearse si es necesaria la utilización de códecs que compriman de manera radical la codificación de la voz en IP. Sin duda, ante esta marcada tendencia de utilizar accesos a Internet para la comunicación de tiempo real, nos parece más pertinente aquel tratamiento de la voz que permita protegerla en tránsito ante pérdidas de paquetes que necesariamente se pueden dar a través de Internet, aun a costa de un mayor consumo de ancho de banda, que ahora nos podemos permitir.
¿Significa esto la defunción de los servicios extremo a extremo basados en redes MPLS? No necesariamente. Los clientes tienden a utilizar Internet como segundo acceso en sus sucursales, pero ya no como respaldo de la MPLS, como era el caso anteriormente. Se trata, precisamente, de poder utilizar ambos tipos de acceso en función de la calidad y rendimiento que esperamos ofrecer al usuario en sus comunicaciones en tiempo real, y por qué no, de forma convergente y unificada con la gestión de las comunicaciones de datos. Esta creciente complejidad en las comunicaciones, que en realidad no busca otro objetivo que alinear las TIC con el negocio de los clientes, debe ser gestionada por soluciones definidas por software, que nos permitan abstraer dicha complejidad y definir de manera sencilla políticas de uso de la red WAN para cada tipo de aplicación. Y, por qué no soñar (¡qué digo soñar, lo estamos ya viendo en algunas de las soluciones del mercado!), tendremos la posibilidad de utilizar órdenes en lenguaje natural para definir por dónde queremos que se cursen las llamadas de nuestros clientes, también en caso de contingencia.
En Nuvias disponemos de un conjunto de proveedores tecnológicos punteros, así como de servicios propios, para ayudar a los clientes a afrontar este viaje con las mejores alforjas. Todas ellas utilizan tecnologías cloud de última generación, se integran entre sí en base a APIs completamente abiertas, y escalan tanto en funcionalidades como en tamaño de cliente. La seguridad es un aspecto fundamental que consideramos a la hora de adoptar un vendor, o de poner al servicio de nuestros partners y clientes nuestras plataformas Cloud. Y el objetivo es el que ya nosotros mismos en Nuvias hemos podido alcanzar: aproximadamente dos tercios de nuestras operaciones comerciales diarias se realizan de manera totalmente automatizada. Estaremos encantados de acompañaros en vuestro viaje!